Recientemente se ha publicado la Guía sobre Innovación y Sostenibilidad Empresarial desde la Cámara de Comercio de Toledo en el que se habla sobre estrategias de innovación, objetivos de desarrollo sostenible, estrategias de valores compartidos, nuevos modelos de negocio y emprendimiento social así como de economía circular, entre otros.
Una iniciativa que se dirige a promover la cultura de innovación entre las pequeñas y las medianas empresas y lograr una mejora en su crecimiento sostenido y en su competitividad, aunque ahonda en conceptos más allá de la innovación tradicional y se discuten otros temas más específicos como es la innovación social.
Hace unas semanas hablábamos sobre la transformación en la que nos vemos inmersos cada vez más con los avances tecnológicos y con nuestra manera de relacionarnos y comunicarnos entre todos.
Más concretamente sobre el término innovación, sus tipos y cómo está el panorama en España, así como las principales ventajas de la innovación tecnológica que repercuten favorablemente en el ámbito empresarial.
Además, desde el Manual de Oslo veíamos (manual-guía cuyo objetivo es la recogida e interpretación de datos sobre innovación) esos 3 puntos clave cuando se habla de este concepto; abordando la importancia del vínculo con terceros, la importancia del proceso de innovación en sectores donde hay poco contenido digital e I+D y la importancia, también, de ampliar los tipos de innovación organizacional y de mercadotecnia.
Más que valores financieros
Asimismo, hemos estado hablando sobre desarrollo sostenible y sobre cómo podemos entre todos llegar a lograr ese triple impacto en el desarrollo para el bienestar medioambiental, así como social y económico y construir un futuro más seguro para la humanidad.
En esta guía, la innovación social se establece para el desarrollo de la sociedad, generando algo más que valores financieros, en el que se requieren cambios en las actitudes, en los valores, en las estrategias, las políticas y las estructuras y los procesos.
La innovación vista no solo como factor primordial en las entidades, sino como estrategia que innove y vaya más allá de los beneficios económicos directos a una empresa.
Abajo enumeramos las 6 etapas y fases por las que puede pasar una empresa e ir evolucionando a lo largo del tiempo, adaptando su metodología para implementar una estrategia social.
Las 6 etapas para implementar estrategias de valor para el bienestar social
En la Guía de Innovación y Sostenibilidad Empresarial nos hablan de esa innovación social y puesta en marcha a través de las distintas etapas y cambios que se van produciendo por la propia evolución en el tiempo.
Un modelo planteado por Guedez (2008) en el que se pueden introducir estrategias de sostenibilidad de manera evolutiva.
Lo que se plantea es que, aunque no todas las empresas puedan verse en la situación de implementar estrategias cuyo objetivo es la mejora social, sí que pueden ser parte de esa ayuda e impacto positivo para la mejora de la sociedad a través de otra postura más de conciencia y colaborar en que se generen nuevas relaciones y se produzca innovación social.
Así es como se marcan 6 etapas, una categorización en función de la evolución y el desarrollo de este concepto y su implementación:
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La organización económicamente responsable:
En la que se garantice la rentabilidad y sostenibilidad en el tiempo.
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La organización públicamente responsable:
Aludiendo a esos proyectos de Responsabilidad Social Empresarial y filantropía en el que la responsabilidad recae en prestar servicios y productos de calidad y empleos dignos, entre otras cosas.
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La organización socialmente dispuesta:
En donde hay cierto grado de madurez y conciencia para generar estrategias sociales con el objetivo de compensar y mejorar la sociedad.
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La organización socialmente competente:
En donde es importante tanto las competencias individuales como de la organización para alcanzar el objetivo social de una manera integral. Aquí la responsabilidad es la capacidad y la disposición de todos los miembros.
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La organización socialmente inteligente:
En esta fase la entidad ha evolucionado a una fase en el que se integra la competencia, la disposición y la institucionalización de la responsabilidad social en la empresa.
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La organización socialmente ética:
Donde el ser humano es el eje central del sistema y nos cuentan que es donde importa el “cuánto aporto con lo que hago”. Aquí la Responsabilidad Social Corporativa es el modelo de gestión empresarial.
Según Alburquerque (2003), en muchas ocasiones, “la competitividad no se logra por la adquisición de nuevas máquinas o tecnología, sino por los cambios sociales y culturales que se producen en la organización”.
La innovación como motor de cambio e impacto social se producirá entonces cuando los esfuerzos por innovar estén enfocados en solucionar problemas reales de la sociedad.
Si quieres seguir leyendo sobre Innovación y Sostenibilidad, te dejamos un par de artículos justo abajo:
Las oportunidades de negocio que se generan de la sostenibilidad