Sostenibilidad y oportunidades de negocio

Las empresas tienen un papel fundamental para frenar el cambio climático. Se hace cada vez más necesario ampliar el plan estratégico empresarial o mejorarlo para alcanzar el impacto positivo y el equilibrio en el ámbito medioambiental, social y económico.

Un estudio realizado por Unilever revelaba que el 33% de los consumidores eligen marcas en base a su impacto social y ambiental. Un estudio en el que se alcanzó a 20.000 adultos de Brasil, India, Turquía, Estado Unidos y Reino Unido y que confirmó el gran interés en este tema por parte de los consumidores finales.

Por otro lado, parece que cada vez es más cool o trendy ser ecológico y puede estar afectando al valor real de ser sostenibles y percibirse como una cuestión a desarrollarse por ser tendencia. Por tanto, verse como algo obligatorio y olvidarse del problema real y dejarlo relegado a un segundo plano.

Porque ser sostenibles es una necesidad, pero también una oportunidad.

En este sentido, se estima que las oportunidades de negocio que se pueden generar a través del desarrollo sostenible podrían generar hasta 12 billones de dólares hasta 2030. De hecho, casi 10.000 empresas de todo el mundo han firmado su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Este concepto aún está aterrizando y tomando forma entre nosotros y las empresas, aunque hay una gran variedad de acciones y métodos que se pueden llevar a cabo para ser sostenibles y no necesariamente se requieren grandes inversiones o grandes avances tecnológicos para ser parte de la solución.

No obstante, se conoce que la Comisión Europea va a otorgar, entre los años 2021 y 2027, financiación a proyectos de desarrollo sostenible y activar 650.000 millones de euros en inversiones en infraestructuras sostenibles, así como en investigación, innovación y digitalización, inversión social y capacidades.

Esta iniciativa forma parte de su programa InvestEU.

Acciones, métodos y oportunidades

Porque ser sostenibles no tiene porqué ser necesariamente difícil y se pueden llevar a cabo acciones y métodos para formar parte de la solución y que, además, generen oportunidades de negocio.

A continuación, recopilamos una serie de prácticas sostenibles que pueden ser beneficiosas. Algunas más o menos adaptables a la naturaleza del negocio de cada uno, pero sin duda todas repercuten no solo al bienestar social, sino también al propio negocio.

  • Reducir recursos:

    no solo en el tema del reciclado a través de vasos reutilizables o separación de materiales, sino también en los procesos de trabajo como trabajar desde la nube o reducir el uso de la impresora e imprimir menos documentación, así como en procesos de producción a través del uso de materiales sostenibles para el diseño o packaging de productos.

  • Edificios de poco consumo:

    una tendencia que va cogiendo fuerza y en la que se habilitan las zonas con técnicas de construcción sostenible.

  • Control, reducción y eficiencia energética y consumo del agua:

    como por ejemplo con el apagado de ordenadores al finalizar la jornada o uso de los acondicionadores.

  • Comunicación para la concienciación:

    carteles, manuales, cursos, talleres y demás acciones que ayuden a dar a conocer cómo podemos colaborar entre todos.

  • Una comunicación interna:

    comunicados a los empleados para capacitarlos y darles conocimientos sobre cómo pueden contribuir y sobre cómo pueden hacerlo internamente con el resto del equipo.

  • Comunicación externa:

    en este tipo de comunicaciones, las alianzas pueden fortalecerse e incluso ampliarse. Por un lado, con proveedores ya existentes a los que comunicarles que formen parte de esas prácticas sostenibles o ampliar y crear nuevas relaciones empresariales con aquellos que se quieran sumar a la causa. Por otro lado, comunicarlo a los clientes finales para que sean conocedores de nuevas prácticas internas y del efecto de sus compras.

  • Definir o redefinir los valores y la filosofía de bienestar social en la empresa:

    puede llegar a conectar con el público e incluso llegar a nuevos públicos y desarrollar nuevos negocios y actividades.

  • Colaborar con causas sociales o ambientales:

    por ejemplo, colaborando con otras iniciativas a través de la plantación de árboles o con acciones para el entorno con la recogida de alimentos y juguetes con ONGs.

Las acciones y los distintos métodos que van saliendo y desarrollándose con el tiempo pueden ser innumerables, pero lo que sí que es cierto es que ser sostenibles ayuda a generar nuevos horizontes y oportunidades en las empresas y entre ellas.

Las acciones pueden generar no sólo un ahorro de costes, sino también un acceso a nuevos mercados, nuevas relaciones empresariales y líneas de negocios y, sin duda, recae en la mejora de la imagen de marca y en su reputación.

Llegar a ese triple equilibrio para el bienestar medioambiental, social y económico no se limita a una tarea de unos pocos y de poco, se convierte en un problema global en el que todos podemos trabajar en consonancia y de diferentes maneras.

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